viernes, 25 de mayo de 2012

Con la velocidad de la luz

Con la  velocidad de la luz pasa mi vida,
de aquí para allá, sin pararme a descansar.
Te despiertas una mañana
y descubres que ya has pasado de largo los veinte,
que apenas has podido jugar en tu caseta del árbol,
que tu balón está viejo y arrugado,
que tus peluches perdieron su color
y tu camiseta favorita ya no te viene.
En vez de divertirte en la calle quedas en los bares.
Que pasas de arreglar tu bici con parches
una tarde de verano
a dejar tu coche en el taller sin saber cuando saldrá.

Pasan horas, días, semanas, meses, años...
 y cuando te vas a dar cuenta ya es tarde.
Tarde para mancharte en la tierra
 sin que nadie te juzgue,
 tarde para todo aquello que te hacía reír a carcajadas...
 En fin, tarde para vivir.

4 comentarios:

  1. Nunca es tarde si la dicha es buena, querida! No hay que dejar de usar esa niñez; para mancharse con la tierra siempre hay tiempo!!! Manchémonos!

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