La idea vino a mi mente a partir de la lectura del libro de Junichiro Tanizaki, el “Elogio de la sombra”. Pretendía disfrutar del placer de las sombras y, como no, en las fotografías en blanco y negro ( “descubrieron un día lo bello en el seno de la sombra, y no tardaron en utilizar la sombra para obtener efectos estéticos”).Inspirado en los shoji (“a menudo me detengo ante un shoji para contemplar la superficie del papel, iluminada, pero sin resultar por ello deslumbrante”), no dejan más que un reflejo tamizado de una penumbra donde si brillara en exceso todo ese encanto sutil y discreto desaparecería.
Unir la luz de occidente con la sombra de oriente. El estilo occidental, donde se buscan la luz y el brillo, a diferencia de los japoneses que tratan de velar todo con una difusa penumbra.
Magnífico trabajo entre penumbras y sombras en blanco y negro...perfecto. Besos
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